El montañismo es, sin lugar a dudas, uno de los deportes más increíbles y excitantes que existen, pero también uno de los más peligrosos. Tal vez sea eso lo que hace que tantos amantes de la escalada hayan aparecido últimamente, tratando de coronar cimas que hasta hace solo unas décadas parecían imposibles. La mejora en los sistemas de seguridad y en todo el equipamiento ha permitido que estos montañeros puedan disfrutar del deporte que más les gusta con mayor seguridad.
Sin embargo, los riesgos siguen estando ahí, y cada año son muchos los montañistas desaparecidos o fallecidos por aludes. Las caídas y el congelamiento son dos grandes problemas a la hora de subir una montaña, pero son relativamente controlables por parte de los propios montañistas.
Sin embargo, los aludes pueden sorprenderles cuando menos se lo esperan, y dejarles atrapados ahí arriba, con escasas posibilidades de supervivencia. La mayoría de aludes son provocados por los propios montañistas, por su poco cuidado a la hora de subir o sobre todo bajar, haciendo que se desprendan placas que conllevan el alud de nieve o de la propia placa. Vamos a ver a continuación todos los tipos de aludes que existen, para estudiarlos mucho más de cerca.